El Dr. Alexander Lyford-Pike, se ha presentado en diversos programas de televisión, en Uruguay y Chile, disertando sobre temas de su especialidad.
He aquí una selección con algunos de ellos:
Ternura y firmeza con los hijos
Hay que agradecer que un psiquiatra escriba con la claridad y sencillez de Alexander Lyford-Pike, y que escriba con un
amor apasionado y sereno a
la vez por la familia y su misión educadora.
Estas páginas son
una antología de su experiencia profesional, y ya el título anuncia su contenido: Ternura y firmeza; una
difícil armonía para padres con criterios
rígidos o con una fácil disposición hacia el cariño blando. Esa armonía
sólo se logra con una firmeza tierna o con una ternura firme, es decir, cuando los padres no se guían por el amor espontáneo sino
que optan por un amor inteligente por sus hijos, por cada hijo. No se trata de un equilibrio cuantitativo. La ternura y la
firmeza no son recursos ni recetas. Son los componentes de un amor verdadero,
que busca el bien de los hijos y no la comodidad propia.
¡Hijos con
personalidad! ¡Hijos que conquisten su libertad porque han aprendido a ser responsables! Estas metas no son
sueños sino metas posibles
para padres que efectivamente ejercen de padres y que entienden que la autoridad bien entendida es el mejor servicio
que pueden prestar a sus hijos.
Ternura y firmeza
también se pueden traducir como comprensión y exigencia, como
confianza y respeto, como libertad y obediencia, como intimidad
y apertura. Saber armonizar estos binomios constituye el arte de educar. La firmeza debe ser estimulante
y motivadora. La ternura por su parte es
la causa y el fundamento de la firmeza. Sólo se exige a los que se quiere.
Alexander
Lyford-Pike profundiza en estas claves, que no pasarían de ser palabras si no van
respaldadas con hechos. La coherencia y el ejemplo de los padres serán siempre imprescindibles.
Este libro es una ayuda necesaria para
las familias y para todo educador que quiera afrontar su trabajo con sentido
común.
Diego Ibáñez Langlois. Leer Ternura y firmeza con los hijos
EL OPTIMISMO Una “ vacuna psicológica”
¿Qué es el optimismo?
¿qué beneficios tiene ser optimista? ¿cómo se puede llegar a ser una persona
optimista? ¿herencia genética ó herencia
“ambiental”? ¿Qué se puede hacer para criar hijos optimistas?
Estas son preguntas
que surgen acerca del tema y algunas de las cuales trataremos de contestar en
estas líneas.
Denominamos
OPTIMISMO a la disposición positiva
frente a las circunstancias de la vida; a la capacidad de ver el lado
“favorable” de las situaciones. El término que proviene del latín optimun significa “lo mejor”
Pero el optimismo es
bastante más que el simple pensamiento positivo es un “hábito” de dicho
pensamiento.
En el diccionario de la Real Academia
Española optimismo es “la propensión a ver y juzgar a las cosas en su aspecto
más favorable”; en el diccionario de Random House “ disposición o tendencia a
mirar el aspecto más favorables de los acontecimientos y esperar el resultado
más favorable”
Según Martin Seligman
es mucho más que un rasgo atractivo de personalidad ya que es un tipo de
“inmunización psicológica” frente a los problemas de la vida.
Los estudios
realizados muestran que las personas optimistas:
-
Son
físicamente más saludables es decir que se enferman menos
-
Tienen más
éxito en la escuela, en el trabajo y en la vida
-
Sufren de
depresión en un porcentaje sensiblemente menor que los no optimistas
L a buena noticia es
que el optimismo es una capacidad del Cociente Emocional que se “aprende”.
¿Cómo podemos criar
hijos optimistas?
Primeramente recordar
que educamos por lo que somos, luego por lo que hacemos y recién después por lo
que decimos; por tanto tenemos que ser conscientes que como padres y adultos
significativos debemos de cuidar y mejorar si es necesario la forma en que
interpretamos , enfrentamos y resolvemos los desafíos y dificultades de la vida cotidiana.
El optimista “explica”
las causas de los acontecimientos felices a través de cosas que seguirán
ocurriendo en el futuro- es decir por motivos permanentes- y que además se van
a mantener en diferentes situaciones; también asume actitudes para que las
“cosas buenas” sucedan.
Cuando ocurren
acontecimientos considerados “malos” la explica atendiendo al o temporal y
específico de esa situación determinada; lo importante es que además pueda
asumir su responsabilidad si es él quien ha causado dicha situación.
En cambio todos
conocemos personas pesimistas –que a su
vez por “herencia ambiental”, ya que en general provienen de ambientes así- que
tienen la capacidad de transformar el problema más sencillo en una catástrofe.
En su interpretación los acontecimientos buenos son los temporales, resultado
de “suerte”, mientras que los acontecimientos negativos son los previsibles.
¿Qué debemos de tener
en cuenta para generar “optimistas”? Por ejemplo:
-
Prestar
especial atención en la “forma” en que critica a sus hijos . Seligman propone ser “preciso” e
intentar ser adecuado a la situación, pues la crítica en “más” puede generar
culpa ó vergüenza ,pero en “menos” no facilita la actitud de cambio.
-
Intente explicar
en términos realistas mostrando la causa de la censura y alentarlo al cambio.
-
Oriente
diferentes posibilidades para enfrentar y resolver situaciones siempre teniendo
en cuenta que sean adecuadas a la edad cronológica del niño pero con la
confianza de que para cada problema podemos encontrar una solución
-
Para no
olvidar: prestar atención la
FORMA de ser. hacer y decir, los niños eso lo aprenden
rápidamente
“El optimismo en un
elemento vigorosamente constructivo cuya influencia en el individuo equivale a
la del sol en la vegetación” Orlson Maden
Lic. Rosario Navarro
Licenciada en Psicología
Psicoterapeuta Psicoanálitico Focal –FUPSI-
Directora Departamento Psicología IPM
Construyendo “respons-habilidad” en tiempos actuales.
Tres términos que describen a las sociedades se escuchan y leen con
frecuencia últimamente: sociedad de la información, sociedad del conocimiento,
sociedad de saberes: ¿Excluyentes, convergentes o complementarias?
Dado que las sociedades son intrínsecamente complejas, su
comprensión supone integrar miradas y
perspectivas como intento de aproximarnos a aprehenderlas.
Es así que proponemos una sociedad
del pensamiento y el aprendizaje como eje articulador que posibilite la
integración de información, conocimiento y saberes.
Uno de nuestros desafíos como sociedad es lograr comprender el alcance que las nuevas
tecnologías tienen y tendrán sobre nuestras vidas. Otro probablemente sea recuperar
el lugar del pensamiento como ventana de oportunidad que interpela el uso
irreflexivo de la tecnología y cuestiona
la ilusión, la falsa creencia de poder comprender por tener al alcance
de un clic toda la información y el conocimiento acumulado- aunque no sepamos qué hacer con él-
En el año 2009 el buscador Google registró 4000 millones de búsquedas
diarias de información en Internet mientras que responsables de la red social de microblogging Twitter señalan
que el número de búsquedas diarias en
2010 supera los 800 millones.
¿qué sentido tienen estos datos para nosotros? ¿acaso nos deslumbran ,
nos paralizan, nos resultan indiferentes?
¿Cómo
evitar el sinsentido que generan las prácticas irreflexivas de la tecnología y
sus productos y recuperar la subjetividad?
De manera de acceder a la conquista de sentido parecería necesario re
pensar el lugar de la información como datos –insumos- necesarios para creación
de conocimiento – pero que no constituyen en sí mismos conocimiento.
Ranson en “Hacia la Sociedad del Aprendizaje”
señala que la sociedad necesita aprender
de sí misma y de los cambios significativos que enfrenta de manera de sobrevivir y florecer en el futuro.
Podríamos entonces, proponernos
un ejercicio descriptivo – ¿cómo vemos la sociedad actual? - y participativo
propositivo constructivo- ¿qué aspiramos y cómo queremos que sea nuestra
sociedad? al tiempo que desarrollamos acciones en ese sentido.
Rescatando el
pensamiento construído con otros y que nos propone la reflexión crítica, comprometida y responsable y que
restituye la idea del hombre como fin y nunca como medio.
Uno de nuestros retos es tomar conciencia del impacto que las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación tienen y tendrán en los más
diversos ámbitos de la cotidianeidad: cambios en las modalidades y estilos
relacionales, en lo educativo y laboral.
Esto nos supone responsabilizarnos por los caminos que deseamos
transitar respecto a estas temáticas. Consideramos a la habilidad de responder tanto a nosotros mismos como a los demás
como un instrumento fundamental para el quehacer personal y social.
Y en ese sentido surge el
reto de ser agentes facilitadores
de la respons-habilidad en las
generaciones más jóvenes.
Quizá su logro dependa en gran medida de nuestro compromiso y habilidad de responder
a las demandas actuales.
Ps.María del Carmen González
Postgrado Psicología Educacional
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